Sean testigos de la estupidez humana en directo. Cuando el sabio apunta al defecto Halo, los idiotas 2.0, a McDonalds.

Probablemente, uno de los momentos del día donde siento más psicoterror, angustia, y desordenado pánico, es cuando leo comentarios de Internet. Cuando alguien dice una mamarrachada tan terrible, que ni un Orwell alcohólico y alcoholizado, podría haber previsto, uno se consuela pensando que no pertenece a la «opinión pública», pero lo malo de Internet es que es como un Don limpio mezclado con lejía corrosiva, no engaña.

Si la «élite» de este país, individuos ricos, con formación universitaria y preuniversitaria, jóvenes, con la suficiente inteligencia para verter su opinión en un foro sin vergüenza (entrando en harina, de esto trata este post), toman la brillante determinación, de corear consignas estúpidas y delirantes, o, en el caso que nos atañe, de usar la psicología únicamente para criticar causas que salen en la tele, uno tiene el diagnóstico claro, OTRA GENERACIÓN PERDIDA.

Es aquí de los aquíes, cuando busco «efecto halo» y me salen sólo 30 encabezamientos, el 75% de ellos, de páginas web de recursos humanos (Cuando decir la verdad da dinero, ya se sabe…). Justin Bieber, con sus patéticas mojabragas, y sus igualmente patéticos detractores, puede haber encabezado cerca del millón de títulos. Pero esa ha sido otra muestra de estupidez humana que ni regalada de las muchas que atañen nuestro día a día. Vamos al grano:

Según Parodia de la frikipedia:

«El efecto halo se refiere a un sesgo cognitivo por el cual la percepción de un rasgo particular es influenciada por la percepción de rasgos anteriores en una secuencia de interpretaciones. Por tanto, si nos gusta una persona tendemos a calificarle con características favorables a pesar de que no disponemos de mucha información sobre esa persona. Este efecto se da en muchos ámbitos de la vida cotidiana, incluyendo en las aulas y en procesos judiciales. El nombre de efecto halo fue acuñado por Edward L. Thorndike; investigadores posteriores han estudiado este efecto y su relación, en especial, con el atractivo físico dada su relevancia en el sistema educativo y en procesos judiciales.»

Según se puede leer entre líneas, esto tiene un papel de vitalísima importancia en la sociedad humana y es el adalid de toda discriminación.

Un bloguero llamado Sergio Parra, al que a priori no identifico con estupidez ni malas intenciones, publica una entrada, hablando de él. Todo correcto, pero los lectores de tal blog de ciencia, supongo equiparables a los de la Muy Interesante, no relacionan el «efectito» con la discriminación, la justicia, la lucha de clases, o cualquier mal del mundo. Apuntan altísimo, los curas pederastas, y Mc Donalds. En efecto, no se habla más que de esos dos temas. Otro lisiado intelectual dice que esto no nos afecta «porque ya somos mayorcitos», tal vez sea el más coherente dentro de la brutal incoherencia de sus compañeros de desgracia, razón cero por supuesto.

Esperaba ver una sola referencia a los discapacitados, los delincuentes que ya han pagado por sus penas, los feos, los gitanos…. Pero parece que nadie está dispuesto a reconocer su propia estupidez, vuelcan a favor o en contra de empresas, o los curas pederastas. La escuela Telecinco ha hecho muchísimo daño, un daño monstruoso, que el 90% de las personas en España hablen de las orgías, los juegos de rol, los curas pederastas, José Bretón, Belén Esteban… y demás temitas de irrelevante trascendencia, y callen con los bancos subvencionados, la evasión de impuestos, o la discriminación, merece dos oles, pero en vez de con capote y a distancia, con bate de béisbol y sobre las cabezas de los desgraciados que votan a los políticos.

 

Deja un comentario